Los cactus,
mayormente, pueden llegar a soportar temperaturas de más de 45 grados. Es por
ello que Muchas personas resguardan sus cactus en el interior de sus hogares
para protegerlos de las bajas temperaturas y las heladas. Hay que tener
precaución con las calefacciones de los ambientes, ya que una excesiva
temperatura interrumpiría el reposo invernal, impidiendo el correcto
florecimiento y cultivo en la primavera. Lo recomendable es que mantengan una
temperatura entre los 10 y 15 grados.
Aquellos
cactus que se encuentren en macetas de arcilla, deben protegerse del frío
porque tienden a resquebrajarse fácilmente en contacto con bajas
temperaturas.
legada del invierno los afecta ya que la temperatura mínima recomendada
es de 8 grados.
El nivel de humedad debe
reducirse considerablemente, se debe espaciar el riego proporcionalmente al
descenso de temperatura. Hay que procurar que se encuentren en ambientes
preferentemente secos, para que no se dañen. Se recomienda el riego dos veces
por mes para que se mantengan sanas.
Durante esta
época, los cactus se encuentran más sensibles a las plagas, porque es la época
del año en donde más se reproducen. Hay que tener especial cuidado con las
cochinillas y la araña roja. Para ello, lo más conveniente es realizar un riego
con insecticidas en el otoño. Una vez que han sido afectados con cochinillas
aéreas o en las raíces se deben rociar Fenitrotion, Diazinóno Folithion. La araña roja se combate con Acaricidas y
también se debe pulverizar.
Teniendo en
cuenta estos detalles, nuestro cactus permanecerá intacto para recibir la
primavera en condiciones óptimas.
Las cactáceas
componen la especie más conocida de las plantas suculentas, que se caracterizan
por sobrevivir en condiciones de extrema sequía, gracias a su capacidad de
acumular agua en sus tallos, hojas o raíces.
Además, los cactus tienen como rasgo
distintivo las púas que suelen recubrirlos. Aunque tienen su origen en América,
se han extendido por todo el mundo, y cobran cada vez más importancia como
planta de interior, tanto sin flores como con ellas, en los más variados
tamaños, formas y colores.
Amantes de la luz y el calor, no requieren excesivas atenciones, aunque
para mantenerlos en buenas condiciones durante mucho tiempo hemos de
proporcionarles unos cuidados básicos y prestar atención a las enfermedades y
plagas.
Aprende a cultivarlo Los cactus
se reproducen por semillas, que podemos adquirir o recoger nosotros mismos de
los frutos; en este caso, tras la recolección, se extraen las semillas del
interior y se conservan en papel poroso. Han de estar en perfecto estado, ya
que, de lo contrario, el ejemplar no se desarrollará.
El sustrato debe estar bien drenado y ser permeable, para que no se
acumule excesiva humedad, que perjudicaría al cactus y probablemente, lo
mataría. La mezcla de diferentes tierras depende de la variedad que tratemos y
de las condiciones climáticas. Una de las más habituales es unir una tercera
parte de turba rubia, otra de arena gruesa y otra de carbón vegetal molido, que
además será un elemento destacado en la prevención de los hongos. Por supuesto,
es posible adquirir la tierra ya preparada. La plantación la realizaremos en
pequeños recipientes. En el fondo colocaremos gravilla, que permitirá un buen
drenaje. A continuación dispondremos una capa del sustrato preparado. Se
esparcen las semillas, con un poco de agua, y se cubren con arena gruesa. Para
una buena germinación, es necesario proveer humedad; es adecuado cubrir el
recipiente con un plástico transparente. Cuando haya brotado, lo trasladaremos
a un recipiente mayor, con cuidado de no dañar las raíces.Asimismo, los cactus
también se reproducen por esquejes. Cortaremos una ramificación del ejemplar,
dejaremos que cicatrice y los plantaremos en el sustrato.
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