lunes, 13 de febrero de 2012

LOS CACTUS

Los cactus, mayormente, pueden llegar a soportar temperaturas de más de 45 grados. Es por ello que Muchas personas resguardan sus cactus en el interior de sus hogares para protegerlos de las bajas temperaturas y las heladas. Hay que tener precaución con las calefacciones de los ambientes, ya que una excesiva temperatura interrumpiría el reposo invernal, impidiendo el correcto florecimiento y cultivo en la primavera. Lo recomendable es que mantengan una temperatura entre los 10 y 15 grados.                                        
Aquellos cactus que se encuentren en macetas de arcilla, deben protegerse del frío porque tienden a resquebrajarse fácilmente en contacto con bajas temperaturas.                                                                                  legada del invierno los afecta ya que la temperatura mínima recomendada es de 8 grados.         
                    El nivel de humedad debe reducirse considerablemente, se debe espaciar el riego proporcionalmente al descenso de temperatura. Hay que procurar que se encuentren en ambientes preferentemente secos, para que no se dañen. Se recomienda el riego dos veces por mes para que se mantengan sanas.                                                                         
Durante esta época, los cactus se encuentran más sensibles a las plagas, porque es la época del año en donde más se reproducen. Hay que tener especial cuidado con las cochinillas y la araña roja. Para ello, lo más conveniente es realizar un riego con insecticidas en el otoño. Una vez que han sido afectados con cochinillas aéreas o en las raíces se deben rociar Fenitrotion, Diazinóno Folithion.  La araña roja se combate con Acaricidas y también se debe pulverizar.                                  
Teniendo en cuenta estos detalles, nuestro cactus permanecerá intacto para recibir la primavera en condiciones óptimas.                                                                   
Las cactáceas componen la especie más conocida de las plantas suculentas, que se caracterizan por sobrevivir en condiciones de extrema sequía, gracias a su capacidad de acumular agua en sus tallos, hojas o raíces.             
           Además, los cactus tienen como rasgo distintivo las púas que suelen recubrirlos. Aunque tienen su origen en América, se han extendido por todo el mundo, y cobran cada vez más importancia como planta de interior, tanto sin flores como con ellas, en los más variados tamaños, formas y colores.                     
                                                                                                                 Amantes de la luz y el calor, no requieren excesivas atenciones, aunque para mantenerlos en buenas condiciones durante mucho tiempo hemos de proporcionarles unos cuidados básicos y prestar atención a las enfermedades y plagas.                               Aprende a cultivarlo                                                 Los cactus se reproducen por semillas, que podemos adquirir o recoger nosotros mismos de los frutos; en este caso, tras la recolección, se extraen las semillas del interior y se conservan en papel poroso. Han de estar en perfecto estado, ya que, de lo contrario, el ejemplar no se desarrollará.                                                                                                                              El sustrato debe estar bien drenado y ser permeable, para que no se acumule excesiva humedad, que perjudicaría al cactus y probablemente, lo mataría. La mezcla de diferentes tierras depende de la variedad que tratemos y de las condiciones climáticas. Una de las más habituales es unir una tercera parte de turba rubia, otra de arena gruesa y otra de carbón vegetal molido, que además será un elemento destacado en la prevención de los hongos. Por supuesto, es posible adquirir la tierra ya preparada. La plantación la realizaremos en pequeños recipientes. En el fondo colocaremos gravilla, que permitirá un buen drenaje. A continuación dispondremos una capa del sustrato preparado. Se esparcen las semillas, con un poco de agua, y se cubren con arena gruesa. Para una buena germinación, es necesario proveer humedad; es adecuado cubrir el recipiente con un plástico transparente. Cuando haya brotado, lo trasladaremos a un recipiente mayor, con cuidado de no dañar las raíces.Asimismo, los cactus también se reproducen por esquejes. Cortaremos una ramificación del ejemplar, dejaremos que cicatrice y los plantaremos en el sustrato.